Vino, coronavirus y sistema inmune
El vino cuando se toma de manera moderada, sobre todo si es tinto y acompaña a las comidas, es saludable, según numerosos estudios publicados en las revistas científicas más importantes.
Esto se atribuye a la presencia de resveratrol que es un potente antioxidante y antiinflamatorio que estabiliza al organismo y al sistema inmune. De hecho los pobladores de las zonas azules del mundo que están catalogados como lugares donde las personas viven más sanas y por más tiempo, tienen la particularidad de que en todas ellas se consume vino en las comidas de manera moderada.
Luís Pasteur, que como se sabe descubrió la fermentación del vino, además de la vacuna de la rabia, decía: "El vino es la más saludable y más higiénica de todas las bebidas".
Es a partir del año 1990, cuando el mundo comienza a interesarse por el vino. Esto se debe a que se observó que cuando hay un aumento de consumo de grasas, las muertes por enfermedades cardiovasculares no son iguales en todos los países. En concreto Francia, a pesar de que su población consume grasa en las mismas cantidades que muchos países nórdicos, tiene una mortalidad por enfermedades cardiovasculares 5 veces inferior. Cuando se estudió la causa, se concluyó, que como en Francia el consumo de vino es muy alto, pronto se pensó que era el factor protector de las alteraciones cardiovasculares en Francia. Esto daría lugar a la bien conocida “Paradoja Francesa” propuesta en su día por Serge Renaud y publicada en Lancet, 1992 (Figura V-1).
Como consecuencia hoy día se permite, e incluso se recomienda, tomar vino tinto en cantidades moderadas mientras se come por su efecto protector de la salud propiciado por uno de sus componentes, el resveratrol con claros efectos antioxidante y antiinflamatorio. En este sentido varios estudios han demostrado que el riesgo de muerte por accidente cardiovascular disminuye un 40 % en los bebedores moderados. Se obtiene así la famosa curva con forma de “Jota” en la que se observa como el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares es menor en aquellas personas que beben de 1 a 2 copas (Figura V-2). De ahí que en España se incluyese el vino en 1991 como parte de la dieta mediterránea y en 2003 se aprueba la ley del vino en la que se le considera como un alimento más.
Vino, COVID-19 y Sistema Inmune
Todo lo que hemos comentado con anterioridad hace pensar que el vino tinto tomado de manera moderada puede ser bueno durante este tiempo de pandemia Covid-19. Sin embargo han surgido evidencias científicas procedentes de un grupo de investigaciones de la Universidad Laval (Canadá), que sugieren que podría no ser saludable en las circunstancias actuales. Esto se debe a que en este trabajo se ha observado que el vino activa los niveles de ACD2 (del inglés Angiotensin-Converting Enzyme 2) que sabemos es el receptor imprescindible para la entrada del virus en las células de las mucosas.
Lógicamente si esto se confirmase no sería recomendable beber vino ni siquiera de manera moderada porque felicitaría la entrada del coronavirus a las células. Esto facilita el camino al virus desbordando incluso al sistema inmune. Sin embargo hay voces cualificadas que indican que estos datos deben de tomarse con precaución hasta que no sean confirmados por otros investigadores, cosa que no ha ocurrido.
En todo caso en favor de seguir tomando vino durante la pandemia se ha argumentado que esos datos se obtuvieron en ratones y no en humanos y que el efecto antioxidante y antiinflamatorio del resveratrol prevalecería sobre otros considerandos.
Ante este debate pensamos que lo aconsejable podría ser, si se decide beber, de hacerse con extrema prudencia y por supuesto solo en las comidas y de la modalidad de vino tinto que es el más rico en resveratrol.
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